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  • Autore: Felipe Borges
  • Categoria: Racconti trav
Recargado - Brindisi Trasgressiva
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Recargado - Brindisi Trasgressiva

Saludos a todos los que leen estas historias exquisitas. Me llamo Felipe, originario de Costa Rica, un país montañoso rodeado de mares cálidos y gente de toda clase, pero con mucho tabú sobre el tema del sexo. Sin embargo, no me importa lo que puedan decir de mí. Soy un hombre en todo el sentido de la palabra, pero me gusta mucho vestirme de mujer, adoro usar panties, sostenes, y toda la lingerie sexy que me excita de solo pensar en cómo me pueden ver siendo una chica. En esta oportunidad, una noche de disco, me fui a pasarla de lo mejor, como hombre, vestido normalmente, pero dentro llevaba toda una serie de encajes, ropa íntima de mujer que me quedaba de lo mejor, ajustada a mi cuerpo, aún cuando tengo un buen pene de al menos 19 centímetros, que vuelve locos a los chicos, y a algunas chicas con las que he estado. En esta oportunidad, y para no cansarlos, voy directo al grano, me llevé a un chico muy guapo a una habitación de hotel, al llegar, nos besamos, nos metimos mano, nos tocábamos sobre la ropa, hasta que comenzamos a desvestirnos, y de pronto, quedé allí, delante de él, con toda mi ropa de mujer, pero con aquella polla tieza de tantas ganas y deseos al ver a ese chico voluptuoso con el que tendría sexo. Al principio parecía un poco fuera de lugar, pero tomó la iniciativa y enseguida comenzó a besarme, a chupar mi pene, me volteó metiendo su lengua en mi culo, yo lubricaba demasiado, tanto que goteaba, estaba recargado de leche, quería botar todo, deseaba exprimir esas ganas y llenar las sábanas de leche. Ese chico me excitaba tanto, estaba tan excitado que me trataba con deseo, en ese momento supongo yo era su mujer, me besaba las tetillas, la entrepierna, el culo, me chupaba la pija, en fin, él me estaba saboreando en cada sitio de mi cuerpo, y eso me volvía loco. Se veía que amaba mi travestismo, así como yo adoraba esa lengua deliciosa que recorría mi cuerpo. Así, sin mas, me pentró con aquel pene tan grueso y grande que era un poco mas grande que el mío, mi culo estaba tan excitado que el dolor se convertía en placer, y no pude más, sin tocarme, me vine, acabé y llené la cama. El seguía dándome duro y duro pero no me dolía, me excitaba como tiraba mi pantaleta y como se movía, estaba sudado y eso me excitaba aú mas, de pronto, sacó su pene, se masturbó solo unos segundos y me llenó la cara de su enorme cantidad de semen caliente y espeso, y metió su pene en mi boca, se limpiaba sobre mi sostén, usaba mis pantaletas para limpiarse el semen. Duramos sobre la cama un rato mas, y nos besamos masturbandonos una vez mas, al punto que pudimos acabar una vez mas, y nos limpiamos sobre las sabanas, intercambiamos números y entonces nos despedimos, fué una rica noche de sexo desenfrenado, de travestismo donde fuí versátil al máximo, y de deseo que pude cumplir ya que estaba demasiado recargado de deseo por travestirme y tener sexo loco con alguien.

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